Su trabajo actual rescata el dibujo, el que estaba ahogado en la materia del pigmento y óleo, contando así ágilmente sobre la tela ya más lisa, con veladuras y enérgicos trazos. El siempre ha contado sobre su obra: “El origen del hombre en su trayectoria por buscarse a sí mismo en los mitos y en legendarios países nunca visitados”. Asimismo, el grabado, se ha convertido en mi gran aliado, donde el blanco y negro, la línea y la mancha, hacen una síntesis sobre el papel de todo mi mundo y prepara así el trabajo sobre la tela.
Aparecieron entonces las imágenes icónicas, como el caballo, la barca, la nave, sobretodo la mujer y lo que hace viajar, con los que he citado a Dante y Beatrice, a Acteón y Diana. Sigo abierto al poema que me muestre al hombre que fuimos y el que podemos ser.
“Mi vuelta a Chile, país gráfico y de contrastes, me ha alejado de mi obra la “luz dudosa” del valle del Sena, (querida de los impresionistas) como también de mi anterior casa en Normandía”