Siete años de pintura (2010 – 2017)
“El artista pinta sólo un cuadro en toda su vida.
Una enorme tapicería con imágenes sin fronteras, movedizas, actuando entre ellas, azules en el pasado, escarlatas en el presente, ejecutadas con seda, lana, untadas en aceite, visiones de antes, otras del futuro, con el viento y con el agua, en la alegría y el dolor.
La energía se desvanece en la muerte, lo intangible es eterno. Los herederos hacen lo suyo, aquello transmitido sin palabras.
El año es una referencia, el tema, la técnica un pretexto. Importante sí en la complicidad con Altamira, la denuncia de los holocaustos, apartar la arena de las verdades sepultadas.
En India aprendí la lección del espiral, la curiosa forma que muere y renace en ella misma y la mitad de esta muestra es un homenaje a este recuerdo que lo he envuelto con el manto de la negritud.
En la otra mitad, lo que resta y suma es el cuerpo femenino que destierra su propio cuerpo y nos habla de un renacimiento que sin el amor nunca se completará.” Mario Toral