En el trabajo de Verónica González, vemos la presencia de una estructura de pensamiento basada en la naturaleza como referente original y desplazado. Aves contenidas en nichos, hasta complejas formaciones de seda en tres dimensiones, las que replantean la postura del canon escultórico y del objeto natural.
La obra de la artista, se entiende sobre una profunda reflexión sobre arte y naturaleza.
Recuperar el espíritu esencial. Esto enciende la investigación de Verónica, en este gesto que ella establece como puente que atraviesa el arte contemporáneo y al mismo tiempo se remonta a los estudios de elementos naturales de los primeros artistas del romanticismo Alemán.
Coleccionando, dibujando y creando replicas de elementos naturales, conchas marinas, plumas exóticas, hojas, fibras, entre otros elementos; objetos de estudio y admiración por su belleza. La obra de la artista sigue su recorrido conectando ese mismo espíritu, reconstruye y repara la naturaleza de manera compleja, mediante los resabios románticos en torno a la observación, la recolección de modelos naturales, la conciencia biológica de los referente primarios, y la formación grafica de Verónica González, es aquí donde desaparece la naturaleza y aparece el artificio. La serialización sistémica, los recortes de plumas, siluetas de hojas, repeticiones de aves y elementos florales, constituyen el símbolo en el uso de este concepto- metáfora de la autopoiesis.